Tradicionalmente se ha considerado la existencia de cuatro destrezas necesarias para la comunicación: comprensión auditiva, comprensión lectora, expresión escrita y expresión oral. Hoy en día, se admite y se tiene conciencia de que hay una quinta, puesto que no basta solo con la comprensión y la expresión aisladas, sino que se ha demostrado que mientras conversamos o interactuamos (sería el término más adecuado) se da una mezcla de comprensión y expresión inmediatas, en la que intervienen una serie de estrategias diferentes. Por ejemplo en el caso de la comprensión en muchos casos simplemente consiste en comprender un número determinado de elementos en los enunciados, mientras que en la interacción puede suceder lo mismo pero los reflejos para comprender y a la vez pensar en lo que se va a producir deben ser más rápidos.
Se produce así una serie de habilidades que se dan prácticamente a la vez, como he dicho, relacionadas con las destrezas de la comprensión y la producción. En el caso de la interacción oral, esto es mucho más rápido que en la interacción escrita, ya que el “directo” en la interacción oral fuerza esta situación. En el caso de la escrita (si pensamos en la interacción que se da a través de los medios informáticos como los chats), intervienen también estos factores, pero de diferente forma, este “directo” se presenta “más relajado” puesto que mientras que en la oralidad no siempre se respetan los turnos, en este medio la conversación es más lineal en el sentido de que no hay superposición de mensajes.
En el caso del español, y, en concreto en el de la interacción oral es importante conocer una serie de elementos que no son verbales y que intervienen en ella. Es fundamental el elemento cultural que se da en los intercambios lingüísticos, como pueden ser los gestos, el control del silencio, el espacio físico personal o el reparto de los turnos de participación en la interacción.
Por otra parte, también es importante este elemento cultural en la interacción escrita, puesto que si bien los modelos de cartas son generales entre las lenguas, si nos metemos en el registro formal hay estructuras de presentación de documentos que caracterizan a cada cultura. Incluso dentro del registro formal en una misma lengua se encuentran diferencias por ejemplo en los saludos o en las despedidas (hay diferencias en las fórmulas de cortesía entre España e Hispanoamérica; en esta última en general se suelen emplear registros que se consideran muchas veces “demasiado” formales en España).
Cuando se habla de que el fin principal del aprendizaje/ adquisición de una segunda lengua, es poder utilizarla en situaciones concretas, en muchos casos nos estamos refiriendo al uso de la interacción, ya que al pedir en un restaurante, en una tienda, pedir o dar una información, etc. son ejemplos del uso de esta destreza. Por todo ello, atender a todos estos factores, ayudará al estudiante a tener una comunicación más efectiva en español, esa comunicación entre tú, yo, nosotros, o más.