¿Por qué será que a los hablantes nativos nos parece que un no nativo tiene mejor nivel de adquisición de nuestra lengua cuando tiene una buena pronunciación? De aquí podemos sacar la clave de la importancia de la incorporación de la pronunciación en el aula.
Si hay debates acerca de si la gramática está o no más o menos desprestigiada en el aula de lenguas extranjeras, o si no se le da la suficiente atención al sentido que tiene realizar ciertas actividades (porque sean útiles o no para desarrollar la competencia comunicativa), respecto al tema del trabajo consciente de la pronunciación en clase creo que poca gente no estará de acuerdo en que es una de las principales marginadas. Todo el mundo, hoy en día, parece asumir este hecho, pero pocos hacen por cambiarlo. Es cierto que las escuelas imponen unos programas que se han de cumplir en un tiempo determinado y que, por ello, en muchas clases no se puede dedicar todo el tiempo que merecería.
El español al ser una lengua silábicamente acompasada (el ritmo viene marcado por las sílabas, es necesaria la pronunciación de todas en las palabras), a diferencia de otras muchas, como el inglés, que son acentualmente acompasadas (lo que importa para el ritmo son los acentos de las palabras, no tanto las sílabas), necesita en su aprendizaje el trabajo consciente (no teórico) de la fonética, sobre todo con aquellos hablantes cuyas lenguas de origen sean del grupo distinto al del español. El ejemplo más claro que podemos ver para comprender este fenómeno es la diferencia que existe en la elocución entre el inglés y el español: mientras en inglés hay sílabas que prácticamente no se pronuncian (parece que la curva melódica se cae), en español para que no afecte al significado de la palabra se han de pronunciar todas. Por todo ello, debemos introducir en la clase ejercicios que incidan sobre cuestiones fonéticas y trabajen con este tipo de características de la lengua.
Es importante también tener en cuenta respecto a la pronunciación los valores pragmáticos que tiene y más en una lengua como la española. El estudiante debe tener en cuenta que el tono de voz generalmente en español suele ser elevado y que con él se juega mucho en la comunicación para la transmisión de intenciones. Además de los elementos puramente fonéticos intervienen los gestos, las expresiones de la cara y otros factores no verbales que ayudan a la intención de los enunciados.
Volvemos así a la pregunta del principio: ¿Por qué mejor control de la fonética se suele identificar con mejor adquisición? Porque sin una fonética o una pronunciación trabajadas la adquisición no se considera completa, aunque el dominio de las destrezas sea elevado. Por ello, hay que trabajar desde el principio este elemento para que su progreso se haga a la vez que el del resto de competencias. Quienes logran un nivel mayor en pronunciación son capaces dar mejor impresión (en el receptor) sobre su nivel de adquisición, aunque como hemos señalado más arriba, también son importantes los factores pragmáticos y no verbales. Si se consigue, el estudiante de español tendrá un alto nivel de adquisición y podrá desenvolverse sin problemas en el mundo hispano.